
Cómo tener una Actitud más Positiva
Los grandes triunfadores comparten una base común: la actitud positiva.
Aunque tengamos muchas habilidades, muchos títulos y muchos contactos, sin una buena actitud no cambiaremos nada y no seremos felices, pues esta nos permite quitarle el poder a los factores externos que nos afectan. Y así lo corroboran centenares de estudios según los cuales el 88% del éxito de un ser humano depende de la actitud positiva, proactiva.
Pero… ¿Es posible cambiar la actitud negativa a actitud positiva?
Definitivamente sí, pero tienes que saber cómo.
La Proactividad
La palabra proactividad, que aún no aparece en el diccionario de la Real Academia Española, la acuñó el neurólogo y psiquiatra austríaco Viktor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido (1946).
Frankl, fue prisionero del régimen nazi y fue capaz de sobrevivir a varios campos de concentración gracias a que logró dotar de un logos (sentido) a su existencia:
Poseer la libertad de escoger mi actitud frente a las diferentes situaciones que debo enfrentar en mi vida.
«Entre el estímulo y la respuesta, está la libertad del ser humano» Viktor Frankl
¿Tu vida tiene un sentido? ¿Sabes para qué haces lo que haces? Tener un para qué, un propósito superior que guíe nuestra rutina diaria, es fundamental para mantener una actitud positiva. Medita sobre ello.
¿Cómo cambiar mi Pensamiento a Positivo?
Nuestra mente tiene capacidades conscientes y subconscientes. La Mente Consciente se encarga esencialmente de razonar y elegir. También la usamos para pensar, pero sólo el 7% de nuestros pensamientos son conscientes. El 93% restante está controlado por el subconsciente.
Por otro lado, la Mente Subconsciente se encarga de sentir, imaginar y se rige por las emociones. Ahí residen nuestras creencias, autoconceptos, bloqueos, miedos y nuestro potencial.
Según la Ley de la Concentración, “todo aquello en lo que nos centramos crece” esto es, si repetimos una y otra vez un pensamiento, se acaba materializando en la realidad.
Y la Ley de la Sustitución nos dice que “podemos sustituir un pensamiento por otro”, cambiando así los pensamientos negativos y limitadores por positivos.
Pero… Si el 93% de nuestros pensamientos no los podemos controlar…
¿Cómo aplicar estas dos leyes de forma efectiva?
¿Cómo modificar nuestras actitudes limitantes si la mayor parte del tiempo no somos conscientes de lo que pensamos?
¿No sería interesante aprender a actuar sobre la información que hay en nuestro subconsciente?
Herramienta nº1: el Poder de la Palabra
Ciertamente, no es fácil controlar nuestro pensamiento, pues este reside en la mente subconsciente y ya hemos visto que no tenemos un control absoluto sobre ella.
En cambio, sí podemos controlar las palabras que salen de nuestra boca, porque son resultado de nuestro proceso de raciocinio.
Veamos algunos ejemplos de lenguaje propio de personas proactivas y reactivas:
Lenguaje reactivo
No puedo hacerlo
Yo soy así
No lo permitirán
No tengo tiempo
Pero…
Tengo que…
Me pone enfermo fulanito…
Me revienta…
Veremos qué pasa…
Lenguaje proactivo
Veamos qué podemos hacer
Puedo optar por otras alternativas
¿Cómo puedo sacar tiempo?
He decidido
Elijo
Prefiero
Pase lo que pase
Voy a hacerlo
Estoy dispuesto a trabajar para…
Soy capaz…
Ahora ¡vamos a polarizar nuestro lenguaje!
Piensa en palabras o expresiones que habitualmente dices (o te dices). Anótalas y luego polarízalas, transfórmalas a positivas. Las palabras que emitimos son sugestiones que nos hacemos a nosotros mismos (autosugestiones).
Podemos decir lo mismo con palabras positivas, sin necesidad de autoengañarnos:
En lugar de “es imposible” à “no es fácil“
En lugar de “lo he olvidado” à “ahora no lo recuerdo, pero lo recordaré”
En lugar de “esto es horrible” à “es tremendo”
Nuestro cerebro es literal, en general no procesa la palabra “no” y se queda con la palabra, el concepto: IMPOSIBLE, FÁCIL, OLVIDADO, RECUERDO, HORRIBLE…
Compáralo y verás que la diferencia es inmensamente grande. Las palabras tienen efectos bioquímicos en nuestro interior, producen reacciones internas. Existe un lenguaje que está dentro de nosotros.
Te propongo que, durante un mes, practiques la polarización del lenguaje. Traduce tus expresiones limitantes o negativas a positivas (o, al menos, a neutrales). ¿Para qué? Pues como puedes ver en el diagrama siguiente, todo es un círculo: nuestros pensamientos alimentan nuestras actitudes y, a su vez, las acciones que solemos realizar crean nuestros hábitos (los cuales nos acaban guiando a nosotros)…
Mide y observa tus palabras: si son positivas, te llevarán a tener pensamientos y emociones positivas que guiarán tus acciones y actitudes (positivas), creando automatismos positivos… Forjarás un carácter positivo ¡y tu destino será de campeón!
GARANTIZADO
Herramienta nº2: Ley de la Sustitución
Cuando en una conversación te descubras hablando negativa o reactivamente, criticando o quejándote de “la que está cayendo” frena un momento y repite y visualiza mentalmente:
E inmediatamente, sustituye la expresión negativa por una positiva (polariza el lenguaje). Hazlo siempre, aunque al principio no te sea fácil, y te sorprenderán los resultados.
Herramienta nº3: Relajación y Visualización
El Método Silva propone una vía eficaz de relajar el cuerpo y la mente consciente para reducir la frecuencia de las ondas cerebrales y entrar así al estado mental en que producimos más ondas alfa.
Aprender a relajarnos en cualquier momento y en cualquier situación, permitiendo que la mente reduzca a la mitad el ritmo cerebral habitual, nos permite, por un lado, seguir teniendo una actividad consciente de nuestra mente y cuerpo, y al mismo tiempo, tener acceso a la información y a la potencialidad del subconsciente.
«Relajar la mente consciente es abrir la vía de entrada a la mente subconsciente»
La diferencia del Método Silva con cualquier forma de meditación, es que no se limita a relajar el cuerpo y aquietar la mente, sino que es activo, dinámico. Se produce un estado de plena atención de la mente lo cual nos permite controlar nuestra “cacofonía interior”.
Una vez relajados y en estado alfa, aprendemos a dar instrucciones a nuestro cerebro, programándolo conscientemente y con un propósito. Se pueden usar las afirmaciones y la visualización para cambiar nuestros pensamientos negativos y limitantes, de forma mucho más eficaz que en estado despierto o “beta”.
Se trata de un medio probado de usar nuestra mente para generar una actividad mental superior a la que se hemos utilizado con anterioridad.
Estas herramientas que te propongo pueden parecer “simples” pero un importante mecanismo está trabajando detrás del telón; recuerda que actos sencillos pueden producir resultados sorprendentes.
Te recomiendo que lo practiques y si te da resultados ¡cuéntanos tu experiencia en los comentarios de aquí abajo!
Luis me ha encantado el articulo, lo lo practico pero qué hacer ante esos días bajo su bajos en que ni siquiera puedes pensar en animarte, polarizar palabra y/o pensamientos….
Por cierto cuando vais a venir a sevilla, estamos deseando repetir el curso.
Gracias.
muchas gracias compre el libro en chile por que estuve en españa estudiando un mba en la universidad europea de madrid y me lo recomendaron profesores y la verdad que lo encuentro magnifico
Nosotros somos lo que decretamos y es donde esta en gran error de muchas personas, en decir cosas como no puedo, no lo se, etc; cuando no lo han intentado, creo que lo mejor es que si sabemos que nunca hemos echo algo y nos da miedo lo mejor es decir yo se que lo haré muy bien, etc.